
Les hicieron pedazos sus vidas. Les expusieron y sometieron al escarnio público. Les condenaron de manera sumaria porque la decisión claramente ya estaba tomada: había que aprovechar la oportunidad para demonizar a los trabajadores que ocupaban su lugar de trabajo.
Mucha cara de espanto. Mucha gestualidad de indignación, cargada con ceños fruncidos. "Esto es inmoral", mascullaban ante cámaras y ante la señal de 'estamos en vivo', comenzaban sus discursos furibundos llamando a darle una lección a los sindicatos.
La masa leudada se había convertido en un símbolo de escándalo. Un video mostraba masa derramada entre las maquinarias y en el suelo de la panificadora Friopan, imágenes que recorrieron el país como una mancha de vergüenza. Era mayo de 2019. Los trabajadores de Friopan se habían convertido en seres malvados a los que se les acusaba de haber "dañado la empresa", de haber desperdiciado alimento en medio de un conflicto laboral. La lucha en el sector panificador ardía como un horno encendido.
Ocho empleados de Friopan fueron imputados, luego de haberles hecho desfilar por los tribunales.
La causa fue utilizada como motor de la denuncia ante la OIT y sirvió como argumento para impulsar de manera feroz la prohibición de las ocupaciones obreras.
Memoria
Beatriz Motta, empleada integrante de la Mesa Coordinadora del Pan, recuerda aquellos días con un dejo de amargura: “Fue feo por cómo se terminó dando la situación”, dice. “Los trabajadores hicimos todo como correspondía, dimos los pasos necesarios para la ocupación y se tomaron las medidas de recaudo. Sin embargo, ocurrieron hechos lamentables, como la circulación del video, que perjudicó a los trabajadores”.
Beatriz describe un linchamiento mediático, una demonización, por parte de los grandes medios de comunicación, que presentaron a los trabajadores como vándalos que habían desperdiciado alimento. “Durante años fuimos perjudicados”, asegura, “pero después de cinco años la Justicia determinó que no fuimos culpables”. Aquella masa desperdiciada que apareció en el video no era la materia prima para el pan, sino masa en desuso, destinada a alimento para porcinos. “En ningún momento los trabajadores incumplimos ni mucho menos tiramos comida porque dimos todos los pasos como correspondía”, afirma Beatriz. Sin embargo, la estigmatización ya los había marcado a fuego. Les esperaba el tiempo de escarnio.
La Justicia tarda, pero a veces llega
A fines de 2023, la Justicia declaró extinguida la acción penal respecto a todos los imputados. Un cedulón firmado por el juez letrado de la capital, Dr. Huberto Álvarez, trajo la esperada noticia. Desde el sindicato del pan, esta decisión judicial se celebró como una victoria, un reconocimiento de que las acusaciones habían sido infundadas.
“Se sometió a los trabajadores a un proceso judicial larguísimo”, explica el Dr. Alberto Sánchez, quien junto al Dr. Luis Brambillasca fueron los abogados defensores de los trabajadores del sindicato de Friopan.
“El resultado fue un acuerdo con la Fiscalía de que, cumpliendo ciertas condiciones, quedaba extinto el delito”. Sánchez critica la presión a la que fueron sometidos sus defendidos, un desgaste emocional y psicológico que muchos no comprendían. “El trabajador es el eslabón más débil”, dice, “porque además muchas veces no tienen acceso a los medios de comunicación”.
Para Sánchez, la justicia les ha dado la razón, pero no sin un costo. “El escarnio público que sufrieron les generó un daño psicológico importante”, lamenta. Empero, el letrado hoy celebra en su fuero íntimo el resultado del caso. “Me siento contento de haber hecho lo correcto, de haber tomado un caso en el que los trabajadores no eran culpables, tal como lo afirmamos una y mil veces, porque lo sabíamos”.
La verdad
La resolución judicial, aunque tardía, trajo un poco de tranquilidad a los imputados. “Después de tantos años salió todo a la luz y se comprueba que fue todo mentira”, dice Beatriz Motta. Pero la marca del escarnio queda, como si se tratase de una yerra, una cicatriz en la memoria colectiva de quienes vivieron aquellos años de conflicto.
Distintos protagonistas de la ocupación y el conflicto coinciden en señalar que aquel episodio y la reciente decisión de la Justicia dejó enseñanzas. "Es un recordatorio de las desigualdades que persisten en el mundo laboral, de la lucha constante entre quienes producen y quienes lucran con su trabajo. Es también una lección sobre la justicia y su demora, sobre el poder de los medios para construir relatos moldeados y destruir reputaciones".
Resistir, siempre resistir
Luis Echevarría, presidente de la Mesa del Pan, dijo al Portal que los trabajadores de la panificadora, y en particular quienes fueron imputados, vivieron una situación dramática. Expresó que "nunca se debe estigmatizar a los trabajadores" y que, por el hecho de defender sus derechos laborales, no deben ser tratados como “reos” o personas que “no tienen cultura”.
Luis aseguró que, en la actualidad, esa visión sobre los trabajadores continúa existiendo en la empresa Friopan. También puntualizó el hecho que "a cuatro años de aquella ocupación de la empresa, el sector trabajador ha cambiado, ha dado vuelta la página" pero sin embargo, "los empleadores no han cambiado, porque la situación continúa siendo la misma".
Echeverría agregó que un aspecto recurrente para los trabajadores es "la dificultad de acceder a los medios de comunicación, y más aún cuando una parte de la sociedad tiene una mirada errónea hacia los gremios y los empleados, considerándolos irresponsables por haber tirado alimento". Pero, como con el tiempo 'todo vuelve a su lugar', Luis explicó que "la Justicia les dio la razón y lograron revertir -en parte- esa mirada errónea de la opinión pública a través de un trabajo serio y responsable. “Comenzamos a transmitirle a la sociedad qué es la Mesa del Pan, que trabaja con seriedad y visibilizamos también al sector empresarial. Porque, después de que existe la condena, es muy difícil reconocer que hubo un error hacia los trabajadores sin esperar a que se conociera la verdad”.
El referente de la Mesa del Pan entiende que toda la situación contra los trabajadores fue "muy bien utilizada por la derecha", a la que "el caso le sirvió como excusa para llevarlo ante la Organización Internacional del Trabajo y además fue utilizado como argumento para prohibir las ocupaciones".
No obstante, el dirigente valoró positivamente el escenario actual y reivindicó una vez más, la determinación de las y los trabajadores de defender sus derechos.
“Valió la pena la lucha de los trabajadores. Continuaremos con la misma posición y no dudaremos un minuto en tomar una medida de ocupación si llega a ser necesario, porque la lucha de los trabajadores y la defensa de sus derechos siempre tiene que estar presente. En cada una de las instancias en las que nuestra fuente de trabajo esté en riesgo o en que las condiciones lo ameriten; daremos lucha por nuevas conquistas y por mantener lo alcanzado. Como sea, daremos lucha siempre".