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“Contra el genocidio de Israel en Palestina”
Maren Mantovani: “No se puede ser cómplice del genocidio israelí en Palestina ni apoyar sus negocios”
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Maren Mantovani
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Maren Mantovani, representante del Secretariado Internacional del Comité Nacional Palestino por el Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) y coordinadora de relaciones internacionales de la Campaña Palestina contra el Muro del Apartheid, hace un llamado a “no apoyar, consciente o inconscientemente, negocios y relaciones de complicidad con Israel”.

Además, afirma que en Palestina se dice que “bajo los escombros de Gaza no sólo yacen casi 70 mil personas contabilizadas como muertas en estos meses de genocidio, sino también un sistema de derechos humanos, el derecho internacional y todo el marco de las Naciones Unidas”. Asimismo, rechazó “la vergonzosa decisión del gobierno de Uruguay de abrir, en pleno genocidio, una oficina de innovación en Israel”.

Tal como es público y notorio, el PIT-CNT ya se ha pronunciado en contra del terrorismo, a favor de la liberación con vida de todos los rehenes que aún permanecen cautivos y en contra del genocidio del ejército israelí contra el pueblo palestino.  

Mantovani visitó Uruguay en el marco de su campaña “contra el genocidio de Israel en Palestina” y se reunió con integrantes de la Secretaría de Derechos Humanos del PIT-CNT, así como con miembros del futuro Poder Ejecutivo que asumirá funciones el próximo 1.º de marzo.

Su visita coincide con una movilización que se llevará a cabo el 27 de febrero a las 19 horas, organizada por distintos movimientos sociales. La protesta se realiza “contra el genocidio en Palestina, por el alto al fuego, contra el colonialismo, el genocidio y el apartheid”, y en demanda de “libertad para Palestina y la ruptura de todo tipo de relaciones con Israel”. La movilización comenzará con una concentración en la explanada de la Intendencia y continuará con una marcha hasta la Plaza Independencia.

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Según datos aportados por la Embajada del Estado de Palestina en Uruguay, hasta este 18 de febrero, en la Franja de Gaza se han reportado más de 48.291 personas asesinadas, entre ellas 17.492 niños, y más de 111.722 heridos. En Cisjordania, la cifra de personas asesinadas asciende a 905, incluyendo 182 niños y 18 mujeres, mientras que los heridos superan los 7.000. Asimismo, se ha informado que 1.057 trabajadores de la salud han sido asesinados y 310 permanecen prisioneros en Israel. También se ha reportado la muerte de más de 12.700 estudiantes y 895 profesores y administrativos. Por otro lado, se indicó que la ocupación israelí ha arrojado 86 toneladas de explosivos sobre Gaza.

En ese contexto, el Portal del PIT-CNT entrevistó a Mantovani, quien aboga por impulsar acciones para garantizar que “nadie, en su puesto de trabajo, tenga que apoyar, consciente o inconscientemente, negocios y relaciones de complicidad con Israel”.

-¿Cuál ha sido el objetivo de tu reunión con el PIT-CNT y con las futuras autoridades del gobierno electo?

Estoy de visita en Montevideo como parte de una gira que incluye reuniones, charlas y entrevistas, principalmente con el PIT-CNT, otros grupos de solidaridad con Palestina y movimientos políticos. Asimismo, he mantenido encuentros con autoridades del gobierno electo.

Espero que esta coyuntura permita que toda la movilización realizada durante décadas, y especialmente frente al genocidio de los últimos años en Gaza, genere la esperanza de que el gobierno de Uruguay comprenda que brindar un apoyo pleno a crímenes de lesa humanidad, como el apartheid y otros delitos cometidos por Israel, no es una opción viable. Esto es precisamente lo que hemos visto en los últimos cinco años.

Esperamos que el nuevo gobierno no solo reduzca su apoyo a Israel, sino que también adopte una postura más comprometida con los derechos humanos y el derecho internacional.

Desde Palestina, compartimos la visión expresada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro: si no se detienen los ataques de Israel, Gaza se convertirá en el modelo de un mundo donde todos y todas somos desechables. En Palestina se dice que, bajo los escombros de Gaza, no sólo yacen casi 70 mil personas contabilizadas como muertas en estos meses de genocidio, sino también un sistema de derechos humanos, el derecho internacional y todo el marco de las Naciones Unidas. Lo que Israel está atacando no es sólo al pueblo palestino, sino también los derechos de todos los pueblos, incluido el derecho a la autodeterminación, el derecho a la vida y el propio valor de las Naciones Unidas. Podemos estar a favor o en contra de las Naciones Unidas, pero hoy más que nunca necesitamos espacios de diálogo y, sobre todo, valor por parte de los estados para unirse y defender los derechos humanos. Nos enfrentamos no sólo al genocidio y apartheid perpetrados por Israel, sino también a un imperialismo que pretende apropiarse de territorios y exterminar a pueblos que considera indeseables.

-Hace pocos días, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró junto con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que consideraba expulsar y reasentar en otro lugar a los palestinos que aún sobreviven a este genocidio. Frente a este panorama, ¿qué pueden hacer las Naciones Unidas?

-Lo que pueden hacer es muy simple: imponer sanciones contra Israel hasta que detenga los crímenes contra el pueblo palestino. El problema es que no lo hacen.

Bajo la presión de los pueblos de todo el mundo, en septiembre de 2024 la ONU aprobó una resolución que, por primera vez en 42 años, volvió a solicitar sanciones contra Israel. Son sanciones limitadas, pero sanciones al fin. Ahora, el desafío es implementarlas. Y es importante reconocer que se están dando pasos en la dirección correcta. En Europa, la mayoría de los estados han adoptado políticas que prohíben la exportación y el tránsito de armas y equipos militares hacia Israel. La cuestión de su implementación es otra historia, pero esa es la política establecida, y es fundamental presionar para que se respete.

También hubo otros avances, especialmente en lo que respecta al embargo militar. En Sudamérica, Colombia ha cortado relaciones militares con Israel, y Brasil no solo ha cancelado definitivamente un contrato con Elbit Systems, la empresa militar más grande de Israel, sino que también ha suspendido acuerdos con sus asociados. Estos son pasos significativos en la dirección correcta.

-¿Cuál sería el rol de los movimientos sociales, los trabajadores y los sindicatos, y cómo podrían contribuir a estas medidas?

-Hay varias opciones. Necesitamos la presión y la movilización de los sindicatos y en este sentido del PIT-CNT. Una de las tareas fundamentales que está sobre la mesa en este momento es denunciar la vergonzosa decisión del gobierno de Uruguay de abrir, en pleno genocidio, una oficina de innovación en Israel. Esta es una señal clara de apoyo y normalización del genocidio, y también una cuestión de absoluta ilegalidad, ya que esta oficina está ubicada en la Universidad Hebraica de Jerusalén, cuyo campus ocupa en su mayoría territorio palestino de manera ilegal, bajo el control de Israel.

Al mismo tiempo, es importante denunciar lo que significa hoy la innovación en Israel, que está fundamentalmente vinculada a las empresas militares, a las acciones militares y a la colonización ilegal de Cisjordania. La única innovación que proviene de Israel tiene su origen en la investigación militar. Apoyar este tipo de innovación también implica asistir y respaldar los crímenes cometidos por Israel, lo cual constituye una violación de las obligaciones básicas del gobierno de Uruguay. No se puede estar en complicidad con el apoyo a estos crímenes.

Respecto a la oficina de innovación, es absurdo pensar que Israel podría tener alguna innovación que no esté relacionada con la inteligencia artificial para llevar a cabo un genocidio que puede exportar. El mito del Israel como “startup nation”, conocida por sus innovaciones, ya se ha desvanecido. Ese mito comenzó a desplomarse al inicio del gobierno de Netanyahu, cuando las empresas tecnológicas comenzaron a abandonar el país debido a la reforma judicial.

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Ahora, tras este genocidio, la situación empeora. Los 130 principales economistas israelíes afirman que la economía de Israel está al borde del colapso, sin prácticamente inversiones internacionales. Empresas como Intel han bloqueado sus inversiones en Israel, Oracle se ha retirado y Samsung cerró su oficina de investigación. Las empresas se están yendo porque Israel ya no es un lugar donde se pueda hacer negocios ni llevar a cabo investigaciones que no estén vinculadas a crímenes de lesa humanidad y genocidio.

La única “innovación” de esta oficina es un genocidio, y cualquier idea de una supuesta superioridad blanca israelí de la cual debamos aprovechar es simplemente un mito que no existe. Por lo tanto, esta oficina es inmoral, ilegal y absurda. Esperamos el apoyo del PIT-CNT y de los movimientos sociales de Uruguay para clausurar esta oficina de innovación de inmediato.

Por otro lado, el PIT-CNT también podría declarar, independientemente de lo que decida el gobierno, que se considera un espacio libre de apartheid, donde ni la propaganda, ni los productos, ni los servicios de las empresas israelíes tendrán cabida. Evidentemente, también es crucial unirse a las iniciativas de los sindicatos de todo el mundo, que en este momento se están coordinando en la red de 100 sindicatos por Palestina. El objetivo es ver cómo podemos construir una acción importante de los trabajadores, para asegurar que nadie en su puesto de trabajo tenga que apoyar, consciente o inconscientemente, negocios y relaciones de complicidad con Israel.

Por último, estoy convencida que el alto el fuego no significa el fin del genocidio, porque el hecho que Israel aún hoy siga negando la posibilidad de ingreso de materiales para la reconstrucción de hospitales, o de la educación, por ejemplo, mantiene la situación de genocidio, aunque sea menos visible.  

Perfil

Maren Mantovani es miembro del secretariado internacional del Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), la coalición más amplia de la sociedad civil palestina que lidera y apoya el movimiento global de BDS.

Además, es coordinadora de relaciones internacionales de la Campaña Palestina contra el Muro del Apartheid y asesora internacional de la Coalición para la Defensa de la Tierra, una red de movimientos sociales palestinos. Es licenciada en Estudios Orientales por la Universidad La Sapienza de Roma.