Pasar al contenido principal
Así se realiza el conteo de firmas en el PIT-CNT

Un paquete flaco de yerba se recuesta en una botellita de agua sin gas, junto a una veintena de vasos descartables. A pocos centímetros, se observa un puñado de sobrecitos de café y saquitos de té expectantes y dispuestos. Sobre un costado, una vieja cafetera y una jarra eléctrica le dan un toque un poco más auspicioso a la expectativa de probar el café o té que se prepara en el lugar cuando alguien detiene sus tareas para tomar algo y hacer un paréntesis en una tarea estresante. En la vetusta mesa que se utiliza para merendar o preparar el mate, no se observan grandes lujos ni demasiados artículos que llamen la atención. Por el contrario, ese espacio parece quedar distante, como testigo silencioso de lo que cada día -y por cierto, también durante unas cuantas noches- sucede en horas infinitas.

Dentro de la sala Hugo Cores -denominada así en honor del exmilitante sindical y parlamentario ya fallecido- se encuentra el equipo de militantes que cubren turnos de seis u ocho horas, procesando cada firma, cada adhesión de cada papeleta para habilitar la convocatoria al plebiscito por la seguridad social que impulsa el PIT-CNT.

Algunas ya trabajaron de manera militante y honoraria para la campaña de la LUC. Por entonces, la pandemia generaba un elemento de preocupación extra, que tensaba las horas. Eran días y noches de cuidados extremos para evitar contagios. Tapabocas y alcohol apenas brindaban un cierto marco de protección. Nada más que eso.

Ahora el trabajo de revisión de las firmas y datos personales de cada papeleta, no tiene esas condiciones extremas, ni hay que controlar arcos, curvas y espirales de huellas dactilares.

En ese sentido, la tarea es un poco menos estresante. Pero según explican quienes realizan a diario la tarea, la exigencia sigue siendo la misma, porque "en cada firma está depositada la voluntad de un ciudadano o ciudadana que aspira a que la seguridad social sea un poco más justa", en clave de derechos humanos "y no de lucro de las AFAP".

Luis Vega, veterano dirigente de la UNTMRA fue el responsable del control de firmas cuando la campaña por la derogación de 135 artículos de la LUC y de manera casi natural, le fue asignada la tarea de coordinar el equipo en la actual campaña por el plebiscito de la seguridad social.

"Estamos en la recta final, y es hermoso ver que además de las cajas con firmas que nos arriman los sindicatos, también llegan vecinas y vecinos con 5, 7 o 10 firmas que obviamente juntaron entre sus conocidos y familiares. Es muy tonificante", aseguró.

Vega, de voz metálica y estridente, se esfuerza por mantener un diálogo acorde al clima apacible que se respira dentro de la sala. Se muestra sereno y confiado. Sin decirlo, lo transmite. Sabe que en la recta final, es cuando más hay que mantener la mesura. De todos modos, aseguró al Portal que está convencido que las firmas seguirán llegando cada día y que incluso volverá a suceder lo mismo que con la LUC: "las firmas seguirán llegando desde distintas partes del interior incluso después que entreguemos las cajas completas en el Parlamento horas antes que expire el plazo constitucional", porque a las y los uruguayos, "nos encanta eso del triunfo en el último minuto y en la hora".

Jóvenes

Nadia, no quiere micrófonos ni nada. Ella dice que está allí para cumplir una tarea militante. De todos modos, contó que siente mucho orgullo por la tarea que está desarrollando y está "muy contenta que se pueda llegar a las firmas necesarias que son el objetivo final". Lleva meses ahí, controlando firma tras firmas. Y muy lejos de sentir una carga pesada por la responsabilidad de la tarea, se siente emocionada por poder ser parte y dar una mano militante con una causa que considera "más que justa".

Rodrigo trabaja de cajero en un supermercado y es la primera vez que realiza la tarea de control de firmas y revisión de papeletas y está emocionado. "Te sentís útil", asegura. "Para mí, esto no es ni una carga ni una mochila, lo hago por convicción".

Silvia estudia y trabaja y casi nadie en su familia le pregunta cuántas firmas se llevan recolectadas. Lo que le piden es si hay chance de sumarse a colaborar. "Gente que quiere sumarse a dar una mano". Dice que perdió la cuenta de la cifra de firmas que ella revisó pero fueron "pffffff…. un montón". Evita mirar informativos de la TV para no contaminarse "del veneno" que tiran todos los días contra el movimiento sindical. "Me concentro en lo mío".

Ximena ya militó en el control de firmas cuando la campaña de LUC. Y sin dudar, cuando llegó el momento se sumó al equipo para dar una mano. Dice que le preocupa su jubilación, la de su familia y la de tantas personas que se verán perjudicadas si se mantiene la situación actual. "Trabajamos y nos rompemos el lomo y no hay derecho a que nos obliguen a seguir trabajando cinco años más. Y leí, me instruí, y sé que es mentira eso de la confiscación y todo lo que dicen por ahí. Es mentira. Y los que repiten eso, es porque no leyeron. O gente que tiene sueldos privilegiados y saben que cuando se jubilen no tendrán problemas".

Ximena vive lejos de la calle Jackson de Montevideo. Y sabe que los próximos días los turnos de trabajo de revisión de firmas se extenderán hasta altas horas de la noche. Sin embargo, está decidida a quedarse cada jornada hasta que se procesen todas las firmas posibles, porque "es demasiado lo que está en juego". Al menos, no tuvo que avisarle eso a su familia ya que su mamá también se incorporó al equipo para dar una mano y juntas decidieron que hasta la jornada del 26, se quedarán "hasta la hora que sea", junto a todo el equipo.

Un poco más allá, otra mamá, Virginia, revisa y controla papeletas junto a su hija Lucía. "Lo que hacemos nosotras es parte de una cadena, que comenzó con el trabajo de otras compañeras y compañeros que en todas partes del país salieron a conversar con la gente, a explicar, a dar argumentos y a juntar las firmas. Es importante no perder de vista eso. Y por respeto a la gente que firmó, a quienes fueron a militar durante horas y horas, y trajeron las firmas, nosotras tenemos que ser súper cuidadosas a la hora de revisar las papeletas. Nosotras no vamos a llevar papelitos al Parlamento, vamos a llevar certezas", aseguró. Su hija Lucía escucha, asiente y reafirma. "Yo junté firmas en la LUC y sé bien que conseguir firmas implica muchas horas de recorrer ferias y barrios y dialogar, con o sin lluvia, en distintas partes y eso hay que cuidarlo. Lo que ahora hacemos acá es la síntesis del esfuerzo de tanta gente y sinceramente es muy emocionante saber que somos parte, somos un eslabón más de algo que seguramente será histórico".