
El Instituto Cuesta Duarte realizó un balance "muy satisfactorio" de la primera etapa de dos proyectos que capacitan trabajadoras y trabajadores, en el sector industrial y en materia de reciclaje y técnicas de upcycling. Las iniciativas "Saberes en acción" y "Todo se transforma" cuentan con el financiamiento del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP) y se han consolidado como espacios de formación en el marco de los espacios de capacitación de la central sindical.
La magíster en Sociología y docente de la Universidad de la República, Mariana Mendy, coordinadora general de los proyectos “Saberes en acción: Una nueva perspectiva del trabajo y la productividad” y “Todo se Transforma”, del Instituto Cuesta Duarte, realizó un balance "muy positivo" de ambas iniciativas. En el primer caso, el proyecto finaliza en los primeros meses del próximo año, destacando la importancia de una “capacitación que ascienda lo operativo” y “promueva un análisis estratégico de los sectores productivos”.
En el caso del proyecto “Todo se transforma” destinado a emprendedores, emprendedoras, trabajadoras a fazón, y disidencias, para 2025 se prevé la formación para por lo menos dos grupos más.
En primer lugar, Mendy se refirió al proyecto “Saberes en acción”, cuyo objetivo es consolidar el empleo a través del fortalecimiento de competencias organizacionales. “Con el proyecto llegamos a más de mil trabajadoras y trabajadores, abordando temas de productividad, generando informes sectoriales y contribuimos desarrollar una mirada de mediano y largo plazo”, y eso es importante especialmente en esta coyuntura de cambio de gobierno.
La iniciativa está dirigida a los sectores de la Confederación de Sindicatos Industriales, entre ellos: la industria cárnica, panificadoras, lácteos, dulces, metal, mecánica, auxilio automotriz, vestimenta, textiles, papel, aceite, curtiembres, molinos y química, entre otros, incluyendo una perspectiva de género.
Mendy explicó que “Saberes en Acción” constituye un proceso de intercambio y construcción de saberes. “Quien sabe de un determinado trabajo es quien lo desempeña, muchas veces los equipos técnicos aportamos nuestros saberes, pero también metodologías para que pueda emerger el saber que los trabajadores y trabajadoras ya poseen. Es allí cuando el conocimiento generado se relaciona con las consultorías realizadas para analizar los sectores de actividad desde la perspectiva de cadenas de valor o complejos productivos”.
“Hay un informe sectorial para cada uno de los sectores. La labor de capacitación realizada con trabajadoras y trabajadores en capacitación y talleres se relaciona con productividad, estrategias sectoriales y los problemas a enfrentar. Más que un curso donde uno habla y el otro escucha, ha sido un proceso interactivo, orientado a desarrollar en conjunto capacidades para analizar y detectar nudos críticos a superar”, detalló la coordinadora.
El proyecto finalizará luego del primer trimestre de 2025 y tendrá como meta capacitar a 1.500 trabajadoras y trabajadores.
Todo se transforma
Por otro lado, Mendy se refirió al proyecto “Todo se Transforma”, enfocado en la formación en el área de confección de vestimenta mediante técnicas de upcycling. Estas técnicas les permitirán mejorar sus productos y desarrollar una oferta más atractiva y diferenciada.
“Con el upcycling (supra reciclado) se buscan nuevas alternativas vinculadas al conocimiento, la creatividad y el aprovechamiento del esfuerzo nacional que se ha realizado en la formación de diseñadores, quienes muchas veces no encuentran un correlato en un sector productivo formal que prácticamente no existe”.
Explicó que este proyecto permitió “poner en contacto con docentes de diseño formados en la Universidad de la República o la UTU, a trabajadoras y trabajadores que se dedican de forma independiente a la costura, cosen a fazón y perciben ingresos muy bajos”.
“Se les ha mostrado un camino diferente, en el que se combinan diseño, creatividad y reciclaje de materia prima, que es altamente contaminante. En Uruguay y en el mundo no se sabe qué hacer con los residuos textiles, y este proyecto está pensado para darles una nueva vida”, aseguró.
Mendy destacó que según la Conferencia de la ONU de Comercio y Desarrollo (2024), la industria de la vestimenta es la más contaminante del mundo. “Tanto por los elevados volúmenes de agua que se utilizan en el proceso de fabricación, como por el volumen de residuos que genera el modelo de moda rápida”
Ya culminó el primer grupo y el segundo finalizará la capacitación a fines de diciembre. En febrero comenzará la formación para el tercer grupo. El programa está destinado a unas 150 personas en total.
En cuanto a los destinatarios de esta formación que incluye nociones de diseño y técnicas de upcycling, Mendy señaló que las personas que se han inscripto son en su mayoría trabajadores y trabajadoras por cuenta propia, aunque cuentan con experiencia sindical. “La forma en que ejecutan su labor es individual. Hay trabajadoras que cosen a fazón, unipersonales dedicadas a la costura y personas que han realizado cursos de confección organizados por el Sindicato Único de la Aguja (que participa activamente del proyecto). Ante la necesidad de trabajo, fabrican productos sencillos que venden a bajo precio.
“Si a esa materia prima, que es de fácil acceso porque abunda y se desecha casi permanentemente, se le aplican conocimientos de diseño, como combinaciones de colores, técnicas de teñido, mezclas de materiales, es posible generar bienes de mayor valor y, al mismo tiempo, adquirir más conocimientos”, remarcó.
Por otro lado, Mendy se refirió a la visita informal que realizaron el futuro ministro de Trabajo, Juan Castillo, y el subsecretario Hugo Barreto a la sede del PIT-CNT. Durante el encuentro, se les entregó un documento con una serie de propuestas, vinculadas a los proyectos que se están llevando adelante con el apoyo de INEFOP. “Me parece positivo porque tenemos una concepción de la formación y capacitación de trabajadores y trabajadoras que trasciende la visión meramente operativa, que es la dominante”, señaló Mendy. “Pensar en la capacitación de la fuerza de trabajo no se reduce a identificar qué curso específico y operativo necesitan. Por ejemplo, puede haber una necesidad puntual de alguien que sepa soldadura, pero ese conocimiento debe situarse dentro del marco de una organización productiva del sector, con el objetivo de agregar valor desde una perspectiva más amplia”.
Asimismo, explicó que el enfoque de trabajo busca «superar una visión hegemónica centrada únicamente en la formación técnica operativa», como aprender a manejar un mecanismo técnico específico. “Se trata también de promover una visión global e integral que permita analizar los problemas del sector, sus alternativas de desarrollo, comprender la organización de la producción y en ese marco encuadrar las necesidades operativas, dentro de un contexto estratégico y con participación de los actores”.