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Vos, nosotros, tu sindicato, las y los militantes, las vecinas, los vecinos, en silencio
Lo logramos
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Después del largo camino recorrido, después transitar las calles empedradas, después de explicarlo todo una y mil veces, después de las tormentas, de la lluvia y los estruendos, de los rayos y centellas y las pestes del apocalipsis y, por supuesto, de la ira de las calificadoras de riesgo y las tinieblas del espanto, se acerca la hora en la que la ciudadanía hablará en las urnas.

Después de los debates académicos y los diálogos cotidianos, naturales y fraternos en fábricas, asambleas y ferias barriales, llega la hora de la decisión del soberano.

A muy poco de ingresar en zona de veda electoral, quedan rondando unas cuantas reflexiones potentes, de esas que quedan grabadas en el corazón y pintadas en los muros del alma.

Fue una campaña desigual. Eso lo saben todos y no se precisa convocar a un focus group para confirmarlo.  

Allá las calificadoras de riesgo todopoderosas, la palabra del mercado que dirige, controla, amenaza y advierte desatar su furia si alguien llega a desacatar sus mandatos.

Allá el sistema, allá los despachos con muebles de roble pacientemente añejados y cálculos realizados en MacBook Pro.  

Acá los de siempre. Los postergados. Las y los trabajadores que ganan menos, a quienes se les ordenó trabajar más para jubilarse con menos, otra vez. Y claro que la sola referencia despierta enfados. Hablar de los olvidados, los que viven -sobreviven- sobrellevando la vulneración de casi todos sus derechos, eso no es asunto simpático para los medios de comunicación, ni para los shows televisivos.

La campaña por el “Sí” a la reforma de la seguridad social, fue austera en recursos monetarios, pero riquísima en argumentos, documentación, estudio, debates y militancia.

Las más de 50 comisiones que trabajaron de manera descentralizada lograron llegar a todos los rincones del Uruguay.

La comisión central recorrió dos veces el Uruguay entero.

El casco duro de organización pensó y concretó miles de asambleas, charlas, encuentros y barriadas. Y la militancia lo hizo posible.

Se logró tener presencia en el 100% de los medios del interior -al menos en una oportunidad- para plantear los argumentos a favor del Sí.

Se realizaron más de 50 espectáculos artísticos con la participación de más de 400 artistas, sumando solistas, dúos, tríos, bandas, murgas y tantos más.

Se imprimieron 9 millones de papeletas blancas por el “Sí” para que nadie quedara sin la suya.

Durante la veda y también durante todo el domingo 27, habrá puestos de entrega callejeros en todo el país, y en la jornada de las elecciones, las y los militantes se instalarán en plazas, avenidas, lugares estratégicos de pueblos y ciudades, y se ofrecerán papeletas cerca de los circuitos de votación, respetando la distancia correspondiente. Son horas decisivas. Hay que dejarlo todo para que de acá al domingo, al cierre de los circuitos, cada militante esté repartiendo listas en cada lugar de votación. No nos podemos distraer ni un segundo.

Costó llegar hasta acá. Después del largo camino recorrido, habrá plebiscito por una jubilación más justa, necesaria y posible.

Vos, nosotros, tu sindicato, las y los militantes, las vecinas, los vecinos, en silencio, lo logramos.