
Actualmente, es difícil encontrar personas que no tengan teléfonos celulares. Estos aparatos son parte de nuestra vida cotidiana y nos permiten estar conectados en todo momento. Esto puede aparejar consecuencias en el ámbito laboral, dado que puede ser motivo de desatención a las tareas encomendadas por el empleador.
Ante esta situación, algunos grupos de actividad han tratado de regular el tema mediante la negociación colectiva, procurando darle un marco normativo.
En este sentido, las formas de abordarlo han sido variadas; algunos grupos han prohibido su uso, otros han exhortado a no usarlo, otros lo han incluido como recomendación, incluso, hay algunos que lo han regulado por razones de salud y seguridad en el trabajo con el objetivo de evitar accidentes. Según la forma en que se haya reglamentado, se considerará si constituye o no una falta laboral.
Sin perjuicio de ello, las empresas tienen la potestad de regularlo, aun cuando el convenio de su grupo de actividad no lo haya mencionado. Lo podrían agregar, por ejemplo, en un reglamento interno.
En los sectores de farmacias, restaurantes, cafeterías, estaciones de servicios, entre otros, se acordó la prohibición del uso del celular durante la jornada de trabajo. Por ejemplo, en el grupo de las cafeterías se estableció que durante el horario laboral está prohibido su uso y ante cualquier urgencia se deberá acudir al uso del teléfono del establecimiento, comprometiéndose el encargado a comunicar de forma inmediata cualquier llamada de urgencia para el trabajador.
Al establecer la prohibición, el uso del teléfono tipificaría una falta laboral. Lo que habrá que determinar es qué tipo de falta constituye, es decir, qué tan grave es según la situación. Asimismo, cuando la prohibición no esté fundada en razón de la seguridad y salud en el trabajo, el empleador podrá o no autorizar su uso. Lo que no puede suceder es que el poder disciplinario se aplique de forma arbitraria o discriminatoria; no puede ser discrecional en función de cada situación particular. El uso de este poder debe seguir sus reglas para aplicar sanciones.
Por último, cabe la posibilidad de incluir menciones sobre el uso del celular en el reglamento interno de la empresa; pueden establecer condiciones para el uso o su prohibición lisa y llana. En este caso, se podrían regular aspectos de funcionamiento y disciplinarios. Lógicamente, se deben respetar las reglas al establecer sanciones y no disponer aquellas que son inadmisibles. Las consecuencias podrán variar en razón del tipo de actividad de la organización, dado que en ciertos casos, el uso puede provocar daños mayores.
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